CASTILLO DE SANTA CRUZ

castillo de Santa Cruz

El Castillo de Santa Cruz forma parte de las fortalezas y sistemas defensivos que se construyeron en el tramo final del río Miño durante la Guerra de Independencia en el s. XVII entre España y Portugal. La fortaleza, conocida popularmente como Castillo, se construyó en torno a 1664 y para acelerar su construcción se utilizó piedra de la muralla medieval que rodeaba la villa. La planta es de polígono irregular, con cuatro baluartes que sobresalen de la muralla. En los baluartes se localizan las garitas bien labradas en piedra.

En el patio de armas había capilla, casa para el gobernador, cuartel para las tropas, cortes, almacenes, polvorín, carnicería, etc; instalaciones detalladas en los planos de la época y que se conservan aunque no permanezcan restos de las mismas.

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ATALAYA

Atalaya

El edificio actual es una réplica reconstruida en 1997 de la fortaleza defensiva de planta circular existente en el Puerto y que fue derribada en 1945 para facilitar la extensión de las grandes redes utilizadas polos barcos de pesca y para aprovechar la piedra en la construcción del dique. Cuando los portugueses toman el Castillo de Santa Cruz (1665-1668) en el transcurso de la guerra de la Independencia, ocupan también la atalaya y posiblemente la reformen. Sirvió igualmente como elemento de defensa ante los ataques piratas. Aparece reproducida en el escudo de A Guarda desde 1844

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MURALLA MEDIEVAL

Muralla medieval

Son escasas las referencias y documentos referidos a la antigua muralla, posiblemente medieval, de la que aún se conservan tramos físicamente discontinuos en la calle da Ireira y en la del Muro. Ávila y La Cueva, en el siglo XIX la describe como muralla de reducido tamaño, sin ningún templo, con pocos vecinos en su interior, de forma circular y no muy fuerte. En su interior quedaba el antiguo Hospital de Pobres mientras que el actual Ayuntamiento quedaba fuera de la misma. Constaba de dos puertas, una junto a las casas del Ayuntamiento en la actual Plaza y otra en las escaleras que bajan hacia el convento de san Benito.